jueves, 30 de agosto de 2012

Chapter 6.

No decimos nada. Por unos minutos, los cuales se me hicieron larguísimos, los dos estuvimos completamente callados, mirándonos. No se si contarle lo de la caja o no, pero total...¿que puedo perder? Le miro y con cara de preocupación le cuento todo, lo de la caja misteriosa de hace dos semanas, lo de la nota, lo de la llave. Le comento que no entiendo nada, a lo cual el me dice que tampoco. No sé que hace esa maldita caja todavía en mi cuarto, no sé de donde salió, quién la puso en el suelo de mi habitación, que demonios abre esa llave, pero sobretodo... no entiendo a que juego se refiere el mensaje del ordenador, ni como alguien ha podido pirateármelo. Todo esto me da miedo, pero a la vez me inquieta. Siempre me ha gustado hacer de detective, seguir pistas, investigar. Pero esta vez no tiene tanta gracia, dado que el juego va conmigo. Dudo por un momento. Pero...¿si el juego va conmigo porque no jugar?
-Vamos, es ya la hora- dice Sam sonriendo- te ayudaré a averiguar de que va todo esto Holly, te lo prometo- dice levantándose de la cama y yo le sigo. Lleva unos vaqueros y una camiseta roja. Es tan simple pero le queda tan bien...Me alegro de haberle conocido, la verdad, y sonrío para mi misma. Él me ve, pero no se puede ni imaginar en lo que estoy pensando.

Bajamos del bus y nos adentramos en varios callejones, me dejo llevar, la verdad. Confío en el. Cuando estoy con el es como si nada malo pudiese pasarnos, aún que seguramente esté muy equivocada, quién sabe...
Veo a lo lejos un grupo de gente, en un pequeño parque en el que no hay nadie más. Son dos chicos y dos  chicas, creo. No veo muy bien de lejos. Nos acercamos a ellos poco a poco. Todos sonríen y se acercan a saludar. Sam nos presenta. Primero me presenta a Josh, su hermano pequeño. Se parecen físicamente pero tienen personalidades completamente diferentes. Luego me presenta a Ray, es una chica morena que está junto a Susan. Esta última está hablando con una chica y un chico. Helen creo que se llamaba la chica y él...¿Mark puede ser? Tengo una memoria pésima. Y al final eran tres chicas. Me siento junto a ellos y pasamos la tarde entre risas e historias. Es entretenido tener a alguien con quien estar y poder hablar de cualquier cosa, la verdad, lo echaba de menos. Ray parece tímida aunque quién sabe... las apariencias engañan demasiado. Katy no ha podido venir, ha dicho que se quedaba en casa con su hermano pequeño. Sam está todo el rato pendiente de mi, de que esté bien. Es demasiado amable. No tendría porque serlo tanto, si apenas me conoce, pero es algo que me gusta, y mucho.

Las 8 y media, como no vaya yendo ya para casa mi madre me mata. Lo veo venir. Me despido y voy hacia el bus, Sam se empeña en acompañarme aunque yo le digo que no es necesario. Al final voy sola. Me gusta la soledad, no siempre, pero de vez en cuando es genial.

Llego a casa y tengo a mi madre esperando sentada en el sofá.
-La cena está lista- me dice con ese tono suyo tan particular.
-Ahora voy, dejo la chaqueta en la habitación y bajo- le digo.
Entro a la habitación y al ir a abrir el armario veo escrito el espejo con un tono de pintalabios rojo:
'El que no busca...

miércoles, 29 de agosto de 2012

Chapter 5.

Es un chico rubio, no le he visto en mi vida.
-¡Suéltala!- chilla Sam desde lejos, y veo que Katy se acerca corriendo. ¿Quién será y porque se preocupan  tanto? El chico me aprieta todavía más fuerte. Sam me coge del brazo y entre los dos hay un tira y afloja conmigo de por medio.
-No te vuelvas a acercar a ella, nunca- dice Sam con una cara entre asco y odio.
-Solo nos íbamos a divertir un rato- exclama el chico.
No entiendo nada, ¿quién es? ¿porque me coge a mi? pero sobretodo... ¿porque Katy y Sam se ponen así?
-¿Estás bien?- me pregunta Sam mientras me saca del comedor.
-Claro que estoy bien- le digo soltándome, no me gusta que me protejan, me siento autosuficiente y no necesito a nadie que me defienda- ¿Quién era ese tío?
-Nadie que merezca la pena- me dice, y por más que intento que el y Katy me den algo más de información, me ignoran y dan el tema por acabado.
-A las 6 te pasamos a recoger y te presento al grupo, Katy, vente tu también si quieres- dice Sam dejándome en el portal de casa.
-Aquí estaré- contesto mientras abro la puerta de casa.

-Buenas tardes mi amor- grita mi madre con mucha energía. No me apetece contarle nada pero si subo directa a mi habitación se pondrá pesada intentando descubrir que me pasa, por lo que me siento con ella a hablar en el salón.
Después de una hora, cuando por fin ha acabado mi madre su interrogatorio, subo a mi habitación. Enciendo el ordenador para poner algo de música y entrar a Twitter.
Son las 5 y media y no me apetece hacer nada pero suena el timbre así que tendré que bajar a abrir. Es muy pronto, ¿será ya Sam?

Bajo y efectivamente era el, así que le invito a subir a mi habitación, no sin antes presentárselo a mi madre, que según ha sonado el timbre estaba esperando a ver si conseguía ver quién era.
-Katy llegará en media hora- le digo, y el sonríe y asiente- ¿que quieres que hagamos de mientras?
Me siento junto a el en la cama y pongo música de mientras, Hey Jude, sin ir más lejos.
-¿Te gustan Los Beatles?- me pregunta sonriendo, y afirmo.
Me gusta estar con Sam, me siento muy tranquila, me relaja. Siento como si le conociera de hace años y le acabo de conocer esta mañana. Me mira y me sonríe, siento que el tiene la misma sensación.
-Te caerán bien mis amigos- dice- son simpáticos y se pasan el día riéndose, ah, y también vas a conocer a mi hermano, sale con nosotros porque no nos llevamos mucho, solo meses- dice.

Me acerco de nuevo al ordenador para cambiar de canción pero antes de que me de tiempo a nada se abre una pestaña, en medio de la pantalla, con letras enormes en las que pone: ¿Quieres jugar a un juego? Quieras o no, el juego ya ha empezado. Y se apaga el ordenador.
No entiendo nada, ¿de que va todo esto? ¿el juego, la caja con la nota y la llave?
Sam me mira, yo le miro y...

martes, 28 de agosto de 2012

Chapter 4.

Hace ya dos semanas que Katy me presentó a Josh y parecía que había sido ayer. Fue increíble, yo casi ni podía hablar por los nervios. Era él, el amigo de mis cinco ídolos...Le había visto tantas veces en fotos y vídeos...y ahí lo tuve, delante de mi, tres horas. Después de ese día hemos vuelto a quedar varias veces los tres, y es genial. El martes pasado estábamos en un café y tuvimos que salir corriendo porque se nos abalanzó un grupo de unas 15 chicas, de 13 a 17 años todas. Fue muy divertido. Otro día unos paparazzis le empezaron a interrogar sobre Niall, Zayn, Harry, Louis y Liam. Me lo paso bien con Katy y con el. Me hacen olvidarme de donde estoy y el tiempo se pasa volando, por lo que intento estar con ellos cada vez que tengo un rato, sobre todo con Katy, que me ha sorprendido muchísimo, y para bien. Es una chica encantadora, siempre está dispuesta a ayudar. Ayer fuimos las dos de compras para mañana, que es mi primer día de colegio. Me quedan solo dos años para ir a la Universidad y estoy ya nerviosa. La escuela a la que voy a ir se llama Sevenoaks School, está situada en un pueblito de Kent. Mi madre está empeñada en que es una de las mejores que hay así que ya no le contradigo. Estoy en mi habitación, tumbada en la cama y suena Nobody's home, de Avril Lavigne. No puedo evitar acordarme de los míos. Estoy demasiado cansada, lo mejor será descansar, que mañana me espera un día duro...

...

-Holly, a despertar- dice mi madre mientras ya ha dado todas las luces de la habitación. Odio que me despierten así, y lo sabe. Me visto rápido y bajo a desayunar aunque no tengo nada de hambre, siempre que estoy nerviosa se me quita. Al salir de casa me espera Katy, que viene a mi mismo colegio y vamos juntas a la parada del bus. Me encantan los buses de Londres, tan grandes, tan rojos.
Al llegar al colegio Katy me acompaña a mi clase. Es un aula pequeña, somos unos 20 alumnos. Paredes blancas, unas cuantas mesas en medio de la clase, una pizarra verde al frente de la clase y la mesa del profesor. Me siento en una mesa de dos que está vacía. Empieza a entrar todo el mundo ya, hablando, riéndose, vale, Holly, tranquila...
Veo que se acerca un chico y...no, no puede ser...se sienta a mi lado. Con una enorme sonrisa me pregunta:
-Hola, ¿como te llamas? Yo soy Sam.
Todo esto en inglés claro, así que sonrío y contesto:
-Llámame Holly, encantada.
Y así hemos empezado a hablar, le he contado que soy española y que a mi madre le dio por mudarse, el me ha contado que vive aquí desde siempre y alguna que otra cosa más que ya no recuerdo. No me caracterizo por una buena memoria, la verdad. Parece simpático. Me ha invitado a salir esta tarde con sus amigos, la verdad, no tengo plan mejor, pero me da mucha vergüenza, aunque he aceptado de todos modos: Y suena el timbre, ¿ya? Me dirijo al comedor, como el resto de alumnos, intentando buscar a Katy para contarle mi mañana, pero no la encuentro por ningún lado. De repente alguien me agarra por detrás, muy fuerte. Me giro, pero...¿quién...?

lunes, 27 de agosto de 2012

Chapter 3.

Vale, es una cajita de madera, pero... es muy pequeña, antes no estaba aquí, recuerdo que solo estaba la alfombra, sin nada por el suelo. ¿Que será? Me agacho a recogerla, ¿la abro? igual es mala idea...pero...¿como voy a dejarla sin saber que hay dentro? al abrirla veo que dentro hay una nota con una llave. Es una llave pequeña, un poco más grande que la de un candado y parece bastante antigua, como de hace 50 años por lo menos. Cojo la nota pero es un simple papel en blanco. La miro por un lado y por el otro, varias veces. No puede ser. Es muy raro todo. De repente me acuerdo de que cuando era pequeña solía dejar mensajes secretos en los papeles en blanco, solo se necesitaba zumo de limón. Si le dabas calor, el mensaje se podía leer. Solía hacerlo con una amiga, creo que todavía conservo las notas por alguna parte... bueno, Holly, eso ahora es lo de menos. Calor, necesito calor, para que el mensaje salga a la luz, si es que hay mensaje y todo esto no es una absurda tontería. Rebusco en la maleta y encuentro el mechero que me regaló años atrás un amigo, era un mechero con forma de bala que se compró en Nueva York y que yo le robaba siempre. Cuando estaba nerviosa o triste me quedaba mirando la llamita de fuego que salía de el y eso me relajaba. Bien, aquí está, ahora solo me falta la nota. Le doy calor, con cuidado para no quemarla, solo faltaba, vamos... Bien, se lee algo... 'Us..., use..., use it..., use it w..., use it well' ¿Use it well? ¿Úsala bien? Que curioso, esa frase era la que ponía en la capa de invisibilidad que le regalaron a Harry Potter. Siempre me ha encantado esa saga, pero sigo sin entender que tiene que ver... Úsala bien. Úsala bien. ¿Como voy a poder usar bien una llave que no se para que sirve ni que demonios abre? Guardo la nota como marcapáginas del libro que me estoy leyendo y no le soy más vueltas al asunto, aunque sigo sin entender quién ha podido dejar esa llave ahí. Da igual, estoy demasiado cansada, suena 'Nothing' de The Script y yo noto que poco a poco me estoy durmiendo. Mañana será otro día...

...

Abro los ojos y lo primero que veo es la cara de Katy. ¿Que hora será? Me dijo que me llamaría, no que se presentaría aquí, en mi habitación sin avisar. Me levanto de un salto y la dejo esperando mientras voy a la ducha, no tardaré más de 10 minutos, odio las duchas largas, o eso digo antes de notar el calor del grifo. Salgo y veo a Katy sentada en mi cama. Dudo si contarle lo de la nota o no, pero al final me inclino por no decirle nada, casi ni la conozco y tampoco tiene mucha importancia. Dijo que me enseñaría Londres y a ello vamos, pero antes de nada quiere presentarme a un amigo suyo.
Estamos en Oxford Street, y llevamos esperando a su amigo 5 minutos, no soy una chica con mucha paciencia, la verdad, y me estoy empezando a poner nerviosa.
-Hey- oigo gritar a Katy mientras saluda a alguien.
-Hey girls- dice un chico con gorra y gafas, no acierto muy bien a ver quién es pero de repente se quita las gafas y... no puede ser...no es posible, ahí está, con una enorme sonrisa, saludándome, a mi, es demasiado bonito para ser cierto.

Chapter 2.

-¡Ahora voy!- chillo, y bajo de la cama, no sin antes tropezar. Soy bastante torpe, la verdad, y tiendo a tropezarme constantemente. Bajo las escaleras de dos en dos y veo a mi madre con algo en la mano.
-¿Que es eso?- pregunto, y solo obtengo como respuesta una enorme sonrisa.
Me da dos papeles y los miro, no me lo creo, no puede ser, no puede ser cierto, son dos entradas para el concierto del día 2 en Londres de One Direction. Sabe lo importante que es para mi esa banda. Es increíble, no puede ser cierto, pero...
-Mamá, pero si son dos entradas y aquí no conozco a nadie, ¿con quién voy a ir?- le digo.
Mi madre me mira sonriente, no me gusta que sonría de esa forma, parece que se trae algo entre manos.
Y ahora suena el timbre, ¿quién podrá ser si aquí no conocemos a nadie?
Veo entrar a una chica, pelo moreno, de estatura media, y con una sonrisa parecida a la de mi madre.
-Te presento, esta es Kate, nuestra nueva vecina. Solo te saca un año, por lo que he pensado que podréis ser buenas amigas, y como también le gusta One Direction irá contigo. Y ésta es mi hija Holly.
-Pero mamá, no la conozco...
-No hay más que hablar, Holly, acabarás conociéndola, es una chica muy simpática, ya lo verás- dice mi madre yéndose hacia el salón mientras yo me quedo de pie junto a...¿Kate se llamaba?
-Hi- me dice mientras me sonríe, y yo la invito a subir a mi habitación. Me cuenta que está aprendiendo español en el colegio y me sonríe mientras dice:
-Yo hablo un poco el español.
Parece una chica simpática, la verdad. Quizá haya que darla una oportunidad, de todas formas, aquí no tengo a nadie más.
-Llámame Katy, si lo prefieres- me dice mientras subimos las escaleras.
-¿Y a ti también te gusta One Direction?- pregunto intrigada, es algo que me lleva rondando en la cabeza desde que mi madre ha hecho las presentaciones.
-Sí, me gustan mucho, además soy amiga de Josh, ¿sabes quién es?
Como no voy a saber quien es, me pregunto, pero no puede ser, esa chica, ¿amiga de Josh? es demasiado increíble.
-Sé quien es, pero...¿de que le conoces?
-Estuvimos saliendo hace dos años, pero ahora somos buenos amigos- dice como si nada.
Todo es demasiado raro, ¿que hago yo aquí, en Londres con la ex de Josh y dos entradas para el concierto en la mano? Es como un sueño, raro, porque a la vez me gusta y me desagrada. Pero es lo que hay, así que disfrutaré de lo que tengo.
-Es tarde, me tengo que ir- dice Katy con ese acento inglés, así que le acompaño a la puerta- mañana te llamo y te enseño un poco esto. Bye.
Es una chica maja, la verdad, además me ha dicho que va a mi mismo colegio por lo que será un apoyo ahí. Estoy agotada, ahora ya podré por fin ir a mi habitación, a descansar. No sin antes pasar por la cocina y darle un beso enorme a mi madre, que se ha portado.
Abro la puerta de mi habitación pero tropiezo con algo. Pero ésto...¿ésto estaba aquí antes? No, no estaba. ¿Qué demonios es ésto? ¿Quién lo habría dejado aquí y por qué?

domingo, 26 de agosto de 2012

Chapter 1.


-Mamá me niego a mudarme- fue lo primero que dije al recibir la noticia, pero claro, cuando mi madre toma una decisión ya no había nada más que hacer, estaba decidido, nos mudábamos las dos a Londres.
Siempre me había gustado Londres, pero aquel año acababa de empezar a salir con un chico, llevábamos 7 meses y me llevaba gustando desde preescolar, además estaba mejor que nunca con mis amigos, por lo que cuando mi madre me dio la noticia fue como un jarro de agua fría. Estaba decidida a hacer lo imposible por quedarme.

2 MESES DESPÚES

La maleta está acabada y mi ánimo por el suelo. Ayer mis amigos me hicieron una fiesta de despedida. Allí estaban todos, con pancartas y globos, dispuestos a decirme adiós. Había hecho todo lo posible por quedarme pero mi madre es la persona más cabezota que hay, por lo que mis esfuerzos fueron en vano. Álex, el chico con el que estaba, me prometió que seguiríamos en contacto, pero yo no soy de esas que creen en el amor a distancia, ni en nada parecido. Soy bastante poco romántica, la verdad. No creo en el amor, ni en que nada sea para siempre, por lo que mi relación con Álex acabaría ahí, por mucho que me doliera, era algo que tenía claro. Con mis amigas era diferente, y por mis amigas me refiero a mis dos mejores, no soy de ésas que a todo el que conocen le califican de amigo, porque me parece bastante absurdo. “Los amigos de verdad se cuentan con los dedos de una mano” me dijo una vez mi madre, y es que es cierto, con el tiempo te vas dando cuenta. Con ellas seguiré en contacto, aún sabiendo que ya no será lo mismo. Pero no me queda más remedio que ir asumiéndolo.
Tengo el vuelo a las 5,  por lo que tendré que estar en el aeropuerto sobre las 3. Me despediré también de mi padre, que se queda aquí. Lo último que me apetece ahora es coger ese maldito avión. Voy a poner música, que creo que es lo único que me puede animar ahora. 

...

Estoy sentada en el asiento del avión, mi madre me ha dejado el lado de la ventanilla, lo cual ha sido un detalle, porque sabe que me encanta. No quiero que despegue nunca, solo quiero despertar y que todo haya sido un sueño. Tengo delante a dos azafatas indicando, en un aburrido discurso, cuales son las salidas de emergencia. Y ya despega. Me pongo los cascos a todo volumen mientras intento pensar en otra cosa, pero, ¿en que otra cosa voy a poder pensar? Suena The Script, lo cual en estos momentos, es lo único que me anima un poco. Para cuando me doy cuenta ya estamos aterrizando. En menos de lo previsto estamos camino a nuestra nueva casa en un taxi negro, siempre me han gustado los taxis de Londres, son muy grandes y no tienes que ir tan apretado como en los de España. Aquí hay demasiada gente, mires a donde mires hay gente y es algo que no me gusta demasiado, dado que las aglomeraciones me agobian. Mi madre está demasiado contenta, pero yo no se que hacer... esto será difícil, pero bueno, ya está hecho y no hay vuelta atrás. En dos semanas empiezo las clases, y la verdad tampoco me importa demasiado, porque domino bastante el inglés, pero será muy diferente a lo que dejo en España, para bien o para mal.
Bien, por fin llegamos a casa, es una casa grande, o por fuera por lo menos lo parece. La puerta de la entrada es muy grande, de madera vieja, antigua. Tiene dos pisos, y es muy espaciosa. Paredes blancas y suelo de madera, nada de moqueta, gracias a Dios. Mi cuarto está arriba y ahí es donde pretendo encerrarme según tenga la mínima oportunidad. Subo las escaleras con la maleta, vaya, como pesa... Es grande, tiene una cama en medio, una alfombra verde y un armario alto junto a una mesa de escritorio. Mi madre me ha prometido que iremos a comprar cosas para la casa esta semana. Quiero una lámpara para mi habitación urgentemente porque del techo lo único que cuelga es una bombilla que no funciona. Me tumbo en la cama dispuesta a quedarme ahí para siempre, cuando oigo a mi madre gritar...
-Cariño, ven que te tengo preparada una sorpresa.
¿Que demonios podrá querer ahora?